INVESTIGACIÓN MÁS ALLÁ DE LA PROPAGANDA

Si entendemos los mecanismos y los motivos de la mente del grupo, ¿no es posible controlar y reglamentar a las masas según nuestra voluntad sin que ellos lo sepan…?

Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran parte por hombres de los que nunca hemos oído hablar.

Edward Bernays

MANIPULACIÓN Y PROPAGANDA
COMO ESTRATEGIAS DE DISTORSIÓN

Para vislumbrar la relación existente entre las 11 Leyes de la Propaganda y la pandemia del Coronavirus, primero es necesario hacer una breve reseña histórica sobre procesos invisibles  que moldean la Arquitectura de la Realidad.

Desde hace décadas las neurociencias vienen confirmando que nuestra mente está gobernada por la mente subconsciente o mente inconsciente y que a esta se la puede engañar fácilmente. [1] Por su parte, los grandes expertos en manipulación de masas llevan siglos sosteniendo que la mente colectiva es fácil de manipular. Adolf Hitler, un especialista en la materia, aseguraba que mientras más grande sea la mentira, más probable es que sea creída.

A lo largo de la historia diferentes expertos en el moldeo mental de las masas se valieron de los condicionamientos de nuestra mente inconsciente para guiar a la sociedad según sus criterios y conveniencias, introduciendo para ello leyes que conforman lo que denominamos nuestra percepción definitiva. Hace 2.200 años, el afamado historiador griego Polibio ya describía perfectamente este proceso de adoctrinamiento social:

Como la masa del pueblo es inconstante, apasionada e irreflexiva, y se halla además sujeta a deseos desenfrenados, es menester llenarla de temores para mantenerla en orden. Por eso los antiguos hicieron bien en inventar los dioses y la creencia en el castigo después de la muerte.

La muchedumbre es fácil de guiar y puede ser movida por la más pequeña fuerza.
Por eso sus agitaciones ofrecen una prodigiosa semejanza con las de las olas de mar.
[2]

La más pequeña fuerza continuó movilizando a la muchedumbre durante siglos y aquella prodigiosa semejanza con las olas del mar, llegó con sus agitaciones hasta los tiempos modernos guiada por los intereses de una selecta minoría…Si entendemos los mecanismos y los motivos de la mente del grupo, ¿no es posible controlar y reglamentar a las masas según nuestra voluntad sin que ellos lo sepan…? Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran parte por hombres de los que nunca hemos oído hablar. Sostenía allí por 1928, el periodista e inventor de la teoría de la Propaganda, Edward Bernays, especialista en moldear la mente de la sociedad al servicio de diferentes corporaciones internacionales, gobiernos y de las personas más poderosas e influyentes del mundo. Basándose en los conocimientos sobre el inconsciente de su tío Sigmund Freud, Bernays describía a las masas como irracionales y sujetas al instinto de rebaño, y especificó cómo los practicantes expertos podrían utilizar la psicología colectiva y el psicoanálisis para controlarlas de maneras deseables. [3]

Según este experto moldeador, la clave del éxito para el control del rebaño irracional consiste en la aprobación de la opinión pública. Los Estados, ya sean monárquicos, constitucionales, democráticos o comunistas, tienen que contar con el consentimiento de la opinión pública si quieren lograr sus proyectos y, de hecho, un gobierno no gobierna si no es en virtud de la aquiescencia pública […] Si puedes influir en los líderes, ya sea con su colaboración consciente o sin ella, automáticamente influyes sobre el grupo que les sigue. Sus palabras y estrategias describen con precisión los procesos elitistas que se posan por encima de cualquier forma de gobierno (ya sea con su colaboración consciente o sin ella) y desde allí dirigir a las masas a partir de su propio consentimiento democrático. Sus ideas no son para nada novedosas. Ya en el medievo, Nicolás Maquiavelo, considerado el padre de la ciencia política moderna, describía el comportamiento inmoral, la deshonestidad y la muerte de inocentes como algo normal y efectivo en la política. La política no tiene relación con la moral. Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira.

Un Gran Engaño es un truco hábilmente elaborado y muy efectivo para hacernos creer en un posible escenario, mientras se da paso a otro completamente diferente que favorece intereses desconocidos por la sociedad. Paradójicamente, para que las grandes Distorsiones introducidas por la Propaganda se materialicen, la técnica se vale de los condicionamientos de nuestra psiquis. Y este proceso está tan naturalizado en la cultura humana que ya es parte de las reglas que moldean nuestra realidad. Nadie describió con mayor precisión cómo se produce este efectivo fenómeno de la percepción colectiva como Adolf Hitler. En la simplicidad de sus mentes, la gente cae fácilmente víctima de grandes mentiras, puesto que ellos mismos cuentan pequeñas mentiras, pero sentirían pudor de contar mentiras enormes. Nunca se les ocurría fabricar mentiras colosales y por lo tanto no creen que otros tengan semejante descaro. Incluso ante la evidencia de las pruebas que muestran la mentira, seguirán dudando y continuarán pensando que debe haber otra explicación. Mientras más grande sea la mentira, por tanto, más probable es que sea creída. La Gran Mentira es una gran distorsión o tergiversación de la verdad que se utiliza especialmente como técnica de Propaganda, implicando el uso de una mentira tan colosal que nadie creería que alguien pudiera tener el descaro de distorsionar la verdad de manera tan infame. [4] Paradójicamente, la técnica ha resultado efectiva incontable cantidad de veces a lo largo de la historia.

Los conceptos sobre la manipulación utilizados por el genocida de masas Adolf Hitler, nos ilustra claramente cómo se usa la soberanía de la mentira colosal y el engaño en manos de un Poder organizado. A su vez nos señala la importancia del autoengaño en un pueblo que se convence a sí mismo mediante la repetición de la mentira para consentir y acompañar monumentales sacrificios humanos. Lecciones y memorias que no deberíamos olvidar puesto que hacen referencia a nuestra cómplice e ingenua participación en todo lo que constituye nuestra realidad.

Hitler logró manipular a las masas gracias a su gran capacidad de oratoria, utilizando el miedo y la incertidumbre de las clases medias para convertir un sistema democrático en un Gobierno Totalitario. “Con humanidad y democracia nunca han sido liberados los pueblos”. [5] Al igual que todas las grandes figuras en el poder, siempre existió detrás un fuerte apoyo financiero y propagandista para consolidar sus planes. En este caso, la carrera política de Hitler fue impulsada y financiada por IG Farben, el conglomerado farmacéutico alemán más grande y poderoso de la historia cuyo monopolio de la industria química se extendía en esa época por más de 90 países del mundo gracias a la fusión de grandes compañías como Bayer, Basf, Agfa, Hoechst. IG Farben no solo fabricaba el gas Zyklon B para ejecutar judíos en las cámaras de gas, también creó los campos de concentración para obtener mano de obra esclava para sus fábricas y hacer diversos experimentos genéticos en humanos, como por ejemplo, la inducción deliberada de enfermedades virales para luego probar medicamentos experimentales que resultaban mortales. Esta Mega Corporación líder mundial en la industria farmacéutica fue la única compañía alemana en tener su propio campo de concentración.[6]

Por su parte, el Ministerio de Propaganda se encargaba de multiplicar los endiosados discursos del Führer mediante continuas emisiones radiofónicas y reseñas periodísticas. Esta función estaba a cargo de Joseph Goebbels, a quien se le atribuye una ley de Propaganda que dice: Repite una mentira con bastante frecuencia y se convierte en la verdad. El Ministro Goebbels promovía todo tipo de actos de masas creando escenarios colosales para inducir en el pensamiento colectivo grandes mentiras que repetían constantemente a través de un contenido breve y simplista, mientras se censuraba cualquier voz discordante. Para perpetuar sus objetivos todos los medios de expresión fueron puestos al servicio ideológico del partido nazi, dejando a disposición del Ministerio el completo control de la prensa, radios, literatura, teatro y cine. [7] [8] [9] Como Ministro de Propaganda sostenía que el objetivo de la prensa era que la gente pensase de forma uniforme, reaccione de manera uniforme y se ponga en cuerpo y alma a disposición del Gobierno. [10] Para este experto del engaño a gran escala, el acto de mentir debía ser analizado y evaluado más allá del campo de la moralidad, con el específico fin de extraer de él una utilidad concreta: influir en la sociedad. También sostenía que el político o la figura pública debía estar preparado para adecuar, deformar e incluso crear conscientemente versiones distorsionadas de los hechos y transmitirlos posteriormente a una audiencia que, si bien podía resistirse a su aceptación, terminaba cediendo con la repetición de la mentira. [11]

Cuando una mentira que se repite miles de veces termina convirtiéndose en verdad, desde el campo de la psicología este fenómeno está definido como ilusión de verdad. [12] Una Distorsión de la realidad construida a partir de engaños. No es casualidad que el genio de la ciencia Stephen Hawking, nos indicara que el mayor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, sino la ilusión de conocimiento. Mientras Albert Einstein nos señalaba que la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión persistente.

Los métodos de Propaganda utilizados por Hitler y Goebbels distan mucho de ser un invento del nazismo, pero sí consiguieron perfeccionarlos, desarrollarlos e implementarlos a un nivel que no se había hecho antes de ese momento, dando origen así a los 11 Principios o Leyes de la Propaganda que hoy día son de uso común para influir en el comportamiento de la masa.

Entre las técnicas propagandísticas, el Miedo es el disparador inicial. Se informa a la gente que un desastre vendrá si no se sigue un determinado curso de acción. Ante este tipo de anuncio la atención es desviada de las consecuencias de las acciones propuestas y es enfocada en la prevención de la amenaza. Mientras más temor genere una comunicación, más probable es que provoque una acción preventiva. (El Covid-19, un “virus mortal y muy contagioso” -tasa anual mundial de mortalidad 0,03% [13] que pone en peligro a toda la humanidad. Cuarentena obligatoria, privación de los derechos más esenciales, mascarillas como prevención de la vida y la salud hasta que llegue una vacuna que nos proteja de la amenaza global) La ley de Espoleta consiste en atacar el espíritu de las masas por la parte más débil e inesperada (La estrategia Covid vulneró los pilares fundamentales de la sociedad mundial con el fin de salvar vidas) La ley de la Sorpresa establece que la más eficaz mentira es una verdad a medias. [14] [15] [16] (Una enfermedad viral puede causar muchas muertes, por lo que es necesario restringir las libertades básicas para salvar vidas hasta tener una vacuna como protección segura)

Para lograr que el mensaje penetre en la mente de los receptores, se usa la ley de Simplicidad, haciendo que el mensaje sea lo más sencillo posible para que todos lo entiendan sin demasiado esfuerzo, quedando reducido a frases, símbolos y eslóganes. (Covid. Virus anda suelto. Quédate en casa. Cuídate. Cuídame. Cuidémonos. Casos. Muertes. Cifras. Vacunas que salvan vidas.) La ley de Síntesis sostiene que sintetizar es más importante que analizar. No es necesario explicar más de lo que la gente necesita oír, puesto que se guía más por la intuición que por el razonamiento. A través de este proceso se eliminan todos los matices complejos. (La Nueva Normalidad desechó todo razonamiento y protocolo epidemiológico conocido hasta el momento, silenció todo análisis y debate serio, repitiendo continuamente que la única gran amenaza para la humanidad es el Covid por sobre todo lo demás) A su vez, las leyes de Repetición, Saturación y Desgaste logran que las afirmaciones, las medias verdades y las ideas promovidas repetidas de forma continua, terminen siendo aceptadas, compartidas y naturalizadas por la audiencia, dando paso a la reorganización mediante la imposición de ideas. (Ya nadie se opone a las medidas completamente disfuncionales que se han implementado puesto que ya fueron aceptadas, naturalizadas, repetidas y defendidas por la población misma, impomiendose asi una nueva normalidad)

Señalar un enemigo, representa otra de las técnicas más importante de la Propaganda. Con ello se consigue desviar la atención sobre los errores y buscar sentido de integración grupal. Las opiniones no se combaten con opiniones ni los argumentos lógicos con argumentos. Las opiniones y argumentos se combaten con provocaciones dirigidas directamente a los sentimientos. Para quienes abrazan estas técnicas de Propaganda, terminan focalizando su odio en un enemigo común que se opone a los principios establecidos. (En la Era Covid, todo aquel que señale con argumentos lógicos las irregularidades médicas, científicas y sociales, inmediatamente es estigmatizado por los medios, los políticos y la sociedad como: fake news, anticuarentena, negacionista, terraplanista, conspiranoico, antivacuna, inconsciente, ignorante, fanático, terrorista, peligroso, provocador, asesino… Desechando, sesgando y distorsionando los fundamentos que ponen en evidencia las incongruencias de los procedimientos pandémicos impuestos, desviando así la atención sobre las devastadoras consecuencias que las medidas preventivas acarrean.)

Como se puede observar, el poder, los negocios, las mentiras colosales, el miedo, la muerte, la manipulación, la Propaganda y nuestra ignorancia masiva vuelta ilusión de verdad, conforman el círculo perpetuo que alimenta profundas distorsiones entendidas como normal realidad, o como se dice en la Era Covid: Nueva Normalidad.

Siendo que las grandes mentiras son parte de las tácticas de manipulación que dan forma a este mundo, se vuelve esencial revisar concienzudamente qué realidad estamos creando cuando desconsideramos colectivamente tantos daños a la humanidad por un virus de tan escasa mortandad. Claramente nuestra forma de entender las cosas nos posiciona individualmente en un rol clave dentro de lo que sucede en este mundo haciéndonos partícipes a través de las decisiones que tomamos, consentimos o apoyamos.

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Napoleón Bonaparte, otro gran experto en la manipulación de masas, sostenía que la historia es un conjunto de mentiras acordadas, por lo que la Era Covid con su encarcelamiento domiciliario de devastadoras consecuencias, su mascarilla de intercambio gaseoso que nos fuerza a inhalar un neurotóxico mortal como lo es el dióxido de carbono, y sus peligrosas vacunas de ARNm experimentales obligatorias, no puede ser correctamente entendida sin revisar adecuadamente los últimos 250 años de historia que nos han conducido hacia el actual contexto pandémico.

Próximamente indagaremos sobre las máximas Paradojas de la Pandemia del Coronavirus

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